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Arturo Campos: figura clave en el regreso del Apolo 13

Nota de la editora: una versión anterior de este artículo indicaba incorrectamente el año de la muerte de Campos. Campos falleció en el 2001 a los 66 años.
Arturo Campos estaba durmiendo en su hogar cuando recibió la llamada de sus colegas en el Centro de Naves Espaciales Tripuladas de la NASA el 13 de abril de 1970. Algo había salido mal con la misión del Apolo 13 y Campos tenía que presentarse en el trabajo de inmediato.

Al llegar, se enteró de que un tanque de oxígeno de un módulo de servicio a bordo de la nave espacial del Apolo se había perforado. Se había perdido el suministro normal de electricidad, luz y agua en el módulo de comando, dejando a los astronautas Jim Lovel, Jack Swiger y Fred Haise atrapados en una nave espacial averiada a unos 320.000 kilómetros (unas 200.000 millas) de la Tierra. Se había abandonado el objetivo inicial de la misión de hacer un alunizaje; ahora, la primera prioridad era asegurarse de que los astronautas sobrevivieran el regreso a casa.

El equipo había creado un plan de contingencia por anticipado para lidiar con un escenario como ese. A pesar de que el plan nunca había sido puesto a prueba, estaba diseñado para desviar la energía eléctrica del módulo lunar al sistema de equipamiento de los módulos de comando y de servicio, dando a los astronautas energía suficiente para regresar a salvo.

El procedimiento tendría que ser modificado en tiempo real, y su reelaboración requería una increíble pericia técnica.

Por fortuna, Campos era exactamente el hombre que podía ayudar a los astronautas a ejecutar este plan.

Él mismo lo había escrito.

Arturo Campos
Arturo Campos, administrador del subsistema de energía eléctrica para el módulo lunar Apolo 13.
Crédito de imagen: Cortesía de la familia Campos

Ingreso en la NASA

Campos nació en Laredo, Texas, en 1934, proveniente de una familia mexicano-estadounidense.

Por aquel entonces, no era común que los estudiantes de ascendencia hispana obtuvieran títulos universitarios en ingeniería. Y las aspiraciones de Campos no estaban puestas inicialmente en la universidad: en vez de eso, él había estado considerando hacer carrera como mecánico automotriz, como su padre.

Pero la maestra de química y física de Campos, Josephine ‘Grandma’ Baird, reconoció su potencial. Ella y el padre de Campos le animaron a asistir a clases y, al mismo tiempo, a trabajar en el taller mecánico de su progenitor.

A la larga, los esfuerzos de Campos rindieron fruto. Se matriculó en Laredo Junior College y continuó hasta graduarse en la Universidad de Texas con un título en ingeniería eléctrica en 1956.

El ingeniero trabajó como empleado civil supervisando el mantenimiento de aeronaves en la Base de la Fuerza Aérea Kelly en Texas antes de ingresar en la NASA a principios de la década de 1960.

“Cuando surgió la NASA y escuché que iban a trabajar en el espacio, supe que sería un gran desafío”, dijo Campos en una entrevista tiempo atrás. “No sabía cuál sería mi trabajo, pero yo quería ser parte del equipo.”  

Campos aprovechó sus conocimientos técnicos en ingeniería eléctrica en decenas de proyectos de la NASA. Comenzó con la investigación y el desarrollo de sistemas eléctricos para naves especiales, y se convirtió en una de las personas de confianza responsables por los sistemas eléctricos empleados en los módulos lunares del Apolo, incluido el primer alunizaje en 1969.  

La misión Apolo 13
Mientras que decenas de miembros de los equipos de control de la misión luchaban por resolver la crisis que estaba en desarrollo, Campos se dirigió a la Sala de Evaluación de la Misión en el centro Johnson e inmediatamente comenzó a trabajar en la reconstrucción de su plan para proporcionar suficiente energía eléctrica al módulo de comando para que pudiera navegar de regreso a salvo. Como gerente de Subsistemas de Energía Eléctrica para el módulo lunar, Campos tuvo a cargo la tarea de desarrollar, diseñar y poner a prueba los equipos.

“Cuando me llamaron, volví a escribir el plan sobre la marcha”, se dice que fueron sus palabras. “Un año antes, había escrito procedimientos para esa eventualidad”.
 
La estrategia que diseñaron Campos y sus colegas en la Sala de Evaluación de la Misión fue un éxito. Se dieron las instrucciones para poner en práctica el procedimiento a los miembros de la sala de control, quienes la pasaron a los astronautas que estaban a bordo. El proceso completo tomó unas 15 horas, y finalmente pudo desviarse suficiente electricidad de las fuentes de energía del módulo lunar a las baterías de emergencia de los módulos de comando y servicio para proporcionar calefacción a los astronautas, asistirlos en su viaje de regreso y permitirles aterrizar a salvo en la Tierra.
Si no hubiera sido por el procedimiento que diseñaron Campos y sus colegas, es probable que la misión del Apolo 13 no fuera recordada como el “fracaso exitoso” que es hoy día. Rcihard Nixon condecoró a Campos y a otros miembros del control de la misión con la Medalla Presidencial de la Libertad en 1970.

Sus últimos años

Campos es recordado por el orgullo que sentía por su herencia hispana, como uno de los pocos trabajadores mexicano-estadounidenses en el centro Johnson cuando la mayoría de los empleados eran blancos.

Él contribuyó a los esfuerzos para reclutar a más trabajadores hispanos para el programa espacial y estimuló a las personas de su cultura a seguir carreras técnicas. Campos también fundó y trabajó como el primer presidente del Consejo de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos 660, un capítulo formado por ingenieros mexicano-estadounidenses de la NASA que otorgaba a estudiantes hispanos becas para cursar carreras universitarias.

Además, Campos también trabajó como representante del Programa para la Igualdad de Oportunidades de Empleo y Discriminación Positiva del Centro Espacial Johnson y como miembro del Programa de Herencia Hispana de los empleados.

Campos se retiró de la NASA en 1980 y continuó trabajando como asesor de ingeniería eléctrica para diferentes empresas en Houston.

Campos falleció en 2001 de un infarto, a la edad de 66 años. Él será recordado no solamente como una figura clave para el regreso seguro del Apolo 13, sino también como un defensor de la igualdad laboral.

Autographed pictures of Apollo 13 astronauts Jim Lovell and Fred Haise, addressed to Arturo Campos
Fotografías autografiadas de los astronautas del Apolo 13 Jim Lovell y Fred Haise, dirigidas a Arturo Campos.
Crédito de imagen: Cortesía de la familia Campos

‘Campos’ es uno de los nombres candidatos en el Reto para nombrar al maniquí de Artemis. Para más información sobre cómo votar, visita: nasa.gov/torneo-para-nombrar-al-maniqui-de-artemis/